Ya estás conociendo más tu escuela, el régimen y el ambiente en que te desarrollas ya se te va haciendo más familiar. Los días pueden hacerse largos quizá, sobre todo en determinados momentos en que la exigencia es mayor, pero eres plenamente consciente de que todo es parte de tu formación como elemento policial.
Llega el momento en que ver algo fuera de su lugar dentro de tu cuadra te causa molestia, y más aún si ves a alguien mal uniformado. Tu mentalidad ya va adoptando las formas que rigen la disciplina policial, y tu cuerpo empieza a sobrellevar la carga física con la que debes convivir desde el primer día en esta, tu escuela.
También llega el día en que debes recibir tu primera visita, momento en que tu familia verá por primera vez en lo que te has convertido. Toda tu promoción se alista para la visita; todos bien aseados, con el uniforme impecable, con los zapatos relucientes y con todas las partes metálicas destellando brillo desde lejos. Te ves al espejo, y a través de ese cristal ves también la diferencia entre la persona que ingresó hace unos días y la que eres ahora.
Pronto, tu familia ingresa a la escuela con todas las ansias y el anhelo de verte; tú estás formando junto a tus demás compañeros de promoción, bien erguido y con la mirada hacia arriba en señal de firmeza y temple. Tu familia va ingresando al lugar donde estás, y desde lejos los miras con todo el amor del mundo; tu corazón se acelera y sientes incluso que tus ojos pretenden humedecerse, pero sabes controlar tus emociones.
Pides permiso enérgicamente para salir de formación y para recibir a tu visita, vas y abrazas a tu familia, departes con ellos valiosos momentos y les dices que el optar por estar ahí fue una excelente decisión. Pronto la visita terminará y tendrás que despedirte de tu familia; tanto ellos como tú se abrazarán fortalecidos por el ánimo que les da el haberse visto. Continuarás buscando lograr tu meta de llegar a ser un Oficial o Suboficial de la PNP.
La instrucción y el entrenamiento seguirán siendo intensos, pero ya estás habituado a ello. El estudio de materias civiles siempre irá de la mano con la preparación policial, así que convivirás con ambos tipos de aprendizaje equilibrándolos sin descuidar ninguno de los dos.
En poco tiempo llega el día de la entrega de armas, día en que recibes oficialmente el armamento que te acompañará durante toda tu etapa de formación. Los días pasan y te das cuenta que ya sabes dominar un fusil, que ya conoces el empleo del material policial y que el porte enérgico es una característica tuya.
Los días pasan y tu formación sigue firme. De pronto verás que llega la dotación de uniformes de paseo, sí, aquellos con los que tus compañeros de promoción y tú se vestirán para salir a la calle todos los fines de semana. La alegría se ve reflejada en tus ojos y en los de tus compañeros, pues ya vas quemando etapas y lo estás haciendo bien.
Llega el día de la primera salida y todos se colocan el ansiado uniforme de paseo. De inmediato toman su material y se forman, normalmente, para dirigirse a la entrada de la escuela, pero ahora para salir de ella. El momento ha llegado, ¡cumpliste con el primer gran paso en tu etapa de formación!
El momento de volver a casa para abrazar a cada miembro de tu familia será espectacular; ¡no los defraudaste! Ese será el primer día de muchos que vendrán en que podrás ir a verlos de manera semanal, pero debes esforzarte para que así sea continuamente. Sí se puede.
Para más datos interesantes, no te pierdas los artículos que iremos publicando en el blog de la Academia Pre Policial GUIDE.
REZA EL DICHO: “NO HAY MAL QUE DURE CIEN AÑOS, NI CUERPO QUE LO RESISTA”. VAS A TENER QUE PASAR MOMENTOS DUROS, PERO NINGUNO DE ELLOS SERÁ MÁS FUERTE DE LO QUE PUEDAS RESISTIR. CADA DÍA ES UNA PRUEBA NUEVA; AFRÓNTALA CON MENTALIDAD GANADORA. ¡VAMOS!
